sábado, 7 de septiembre de 2019

TRABAJOS LIBRES - Graciela Dondo



LO PENSADO Y LO IMPENSADO 

Mag. Graciela Dondo




Introducción

Pienso en una pareja que consulta, en que cada uno tenía su discurso separado del otro. Cuando uno intervenía con una opinión, el otro continuaba con su discurso como si no lo hubiera escuchado. Eran discursos paralelos. Lo que uno decía no influía en nada en el discurso del otro.

Cuando nos adentramos en la complejidad de la clínica vincular, vemos la exteriorización de un sentimiento de intolerancia a lo ajeno del otro, a lo no coincidente con el sujeto. En ese sentido se produce un nivel de violencia que da cuenta de los efectos del desentendimiento generando malestar al desencuentro comunicacional. 

Janine Puget e Isidoro Berenstein plantean que…” la diversificación de los estados afectivos, la imposible armonización entre representación de palabras y de afectos son también condición necesaria de la relación entre dos o más sujetos y a su vez son los que sostienen un malentendido funcional.” (Puget,J.,I.Berenstein, I., 1984) citado en “ Afectos singulares y afectos vinculares. Autenticidad, Credibilidad, Malentendido.” (J. Puget).

Janine Puget plantea que el malentendido es estructural y que no se da solamente a nivel de la palabra, sino que se da también en el campo afectivo.

Tanto a nivel de la palabra como a nivel afectivo, la identidad entre lo que se ha dicho y lo que se ha “oído” o sentido ofrecen un margen de ambigüedad.

En el proceso de comunicación, dos o más personas creen compartir significados y sentidos transmitidos, sin advertir que existe una divergencia de interpretación, pero en este caso, se observaban las divergencias, pero no se tenían en cuenta. 

El otro era tratado como objeto.

En la pareja operaban mallas de poder; que según la ubicación de cada uno en la red del poder era cómo hacían impacto en el otro.

Había una violencia soterrada cuyo objetivo era anular o suprimir al otro.

Transformaban al otro en un no sujeto. Sólo imperaba el deseo de uno. No admitían la existencia de otro.

El analista con su escucha sirve de espejo al paciente permitiendo que afloren sus palabras. El hablar sobre afectos y sentires, hace que las representaciones palabra lleguen al preconsciente. El paciente extrae del inconsciente afectos reprimidos y los puede traer al preconsciente.

Esta pareja sufrió innumerables hechos traumáticos a lo largo de su vida, que tuvieron que ver, en su mayoría, con haber formado su pareja en el momento en que se dasataba la dictadura en el país. Persecuciones, separaciones, exilios, uno en un país, otro en otro. Exilio cursando un embarazo, con padre enfermo de gravedad, opiniones dispares entre las dos familias de origen y ellos.

Se me interrelacionaron varias temáticas para trabajar con estos pacientes: lo traumático, el narcicismo, la pulsión de muerte, los duelos no resueltos. 

Dice él que hay cuatro elementos ríspidos en su vida: el alcoholismo, que se aterrorizó en la dictadura, la muerte de un hermano menor y que fue infiel.

Acto seguido dice que fue un período muy negro el exilio.

Según Freud, el trauma es un aflujo de excitaciones excesivo que resulta intolerable para el psiquismo y hace fracasar toda posibilidad de elaboración.

El psiquismo no puede descargar una excitación tan intensa, no puede controlarla lo que hace que se originen trastornos duraderos.

Desde el vuelco de la segunda tópica y la nueva teoría pulsional aparecen las ideas de “ligazón” y de “repetición”.

El concepto de trauma psíquico se vería enriquecido por el concepto de la pulsión de muerte y la compulsión a la repetición.

Es muy difícil concebir la existencia de una situación traumática sin la aparición de esta pulsión.

Estos aportes introducen nociones capitales para entender la situación traumática y su posibilidad de elaboración, como los conceptos de ligadura y elaboración psíquica.

Cuando los movimientos de estructuración primaria del narcicismo como enlaces hacia identificaciones secundarias adolecen de fallas, la elaboración intrapsíquica de la pérdida se ve impedida, sentándose las bases para una depresión futura. El afecto que corresponde a la melancolía es el del duelo, o sea, la añoranza por el objeto perdido.

Pensar en las condiciones socio-históricas que organizan y producen diferentes modos de subjetivación, permite integrar la dimensión de lo ideológico, para pensar la temática de las infidelidades, atendiendo a la diversidad de los vínculos de pareja que coexisten en la actualidad.

En tanto transgresión de la fidelidad, y referida a la Ley; la infidelidad viene a cuestionar algo que pertenece al orden del deseo, que se sostiene por mandato, pero que constituye el pacto fundante de la alianza; la ilusión de fusión y amor eterno, en el tiempo congelado del narcisismo. Promesa ésta, impuesta desde la cultura, que la infidelidad denuncia como imposible de cumplir. 

La infidelidad, ligado al contexto de pareja conyugal, contiene un rasgo definitorio que pasa por la sexualidad, entendiendo ésta, en el sentido amplio del término, tanto genital, como pre-genital. Es allí donde la sexualidad pone en juego investiduras narcisistas, las cuales son promesa de infidelidad.

La tendencia monogámica intenta regular en base a normas la circulación del deseo. Esto nos lleva a preguntarnos acerca de la relación entre la infidelidad y las vicisitudes del deseo, los suministros narcisistas, y su implicancia desde lo intra, inter y transubjetivo, y su entramado, en las diversas modalidades que sostienen la configuración vincular. 

La adicción al alcohol se da en forma predominante con los mecanismos de escisión de la representación del objeto y los procesos proyectivos que configuran parte de la patología narcisista. Esta tal vez se constituya como defensa contra intensas angustias depresivas que surgen ante la pérdida o amenaza de pérdida, ya sea por distanciamiento o diferenciación del objeto con respecto al sujeto.

En cuanto al duelo patológico, la fijación primaria al objeto, existente antes de la pérdida, se diferencia de la fijación secundaria que tiene lugar cuando el sufrimiento en el presente da lugar a la idealización de un objeto que sólo entonces se siente realmente perdido. Se considera el papel del narcisismo, los sentimientos de culpa y las angustias paranoides en el proceso del duelo patológico.

Aunque se presentaron a la consulta en pareja, en realidad, los percibí como dos personas aparte.

Ella planteó que nunca tuvo miedo en la dictadura, aunque podría tener motivos para tenerlo. No se quería ir del país. Estaba embarazada y con el esposo en otro país.

Hubo un tema muy recurrente que fue el tema de la infidelidad. Manifestó varias veces que ella nunca cometió una infidelidad en los muchos años que hace que están casados. Se siente muy dolida por ese hecho que ocurrió hace veinte años. Parecería que en este caso hay también un duelo no elaborado.

Dice ser muy bonita y que no puede creer con la mujer con quien la engañó. También manifiesta que es muy inteligente. Parecería que necesita reafirmar sus buenas cualidades continuamente. Pero al marido no lo escucha Cuando él dice que algo que ella está diciendo no sucedió así, ella continúa el discurso como si él no estuviera presente. Lo anula en su subjetividad.

Expresa que todos los hijos lo defienden a él. Parecería que hay una contienda en la que necesitan ser defendidos.

Aunque muy encubierta, se nota en la forma de hablar, en el no tener en cuenta al otro, un grado de violencia. 

Por su parte Puget y Berenstein definen la violencia como “un acto cuyo objetivo es el deseo de matar, eliminar psíquicamente o físicamente a otro sujeto, o matar el deseo en el otro, lo humano en el otro, transformándolo en un no sujeto al privarlo de todo posible instrumento de placer y por ende de existencia. Sólo impera el deseo de uno, que se transforma en soberano. No admite la existencia de otro.” (1998).

Justamente, Michel Foucault, se interesa por diferenciar violencia de relaciones de poder, entendiendo el poder como una fuerza actuante que se extiende a todos los seres humanos, como un juego de fuerzas que excede la violencia que se orientaría a cambiar y destruir objetos.

Diría que la fuerza a la que se refiere Foucault tiene como objeto otras fuerzas. Es decir, las relaciones de poder se caracterizan por la capacidad de unos, para poder conducir las acciones de otros.


A modo de conclusión.

A través de este texto, podemos ver como lo impensado, lo traumático, puede influir en las relaciones de pareja.

Y parafraseando a Foucault, podemos pensar cómo las relaciones de poder que caracterizan a algunos, pueden conducir la acción de pensar de otros.



Bibliografía

  • Foucault,M.-(1976) Las redes del poder.- Ed. Almagesto. Bs.As.
  • Freud,S.- (1895.)-Proyecto de Psicología.- Amorrortu Editores 1
  • Freud,S.- (1915).- Duelo y Melancolía.- Amorrortu Editores .- T 14
  • Freud,S.- (1914).- Introducción al Narcicismo.- Amorrortu Editores  T  14
  • Puget,J., Berenstein,I..-(1997) Lo vincular.- . Ed. Paidós. Bs.As.


Descriptores: pareja- discursos- preconsciente- consciente- narcicismo- duelos


Resumen


Lo impensado es algo no planeado, no pensado con anterioridad; algo inesperado, imprevisto, imprevisible. Según el diccionario, pensar es razonar, reflexionar, discurrir. Formar ideas y representaciones de la realidad en su mente, relacionando unas con otras.

¿Qué es pensar psicoanalíticamente? Pensar psicoanalíticamente es pensar en profundidad. El límite de lo pensable imposibilita al sujeto el conocimiento de sus causas. 





No hay comentarios:

Publicar un comentario