FRONTERAS DE LA ÉTICA EN LAS INSTITUCIONES PSICOANALÍTICAS
Alicia Briseño Mendoza [1]
“Después
de tantos años estudiando la ética,
he
llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes:
Coraje
para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir”
Fernando
Savater
Introducción
Uno de los temas
medulares en la labor del psicoanalista, en lo individual y también en lo
grupal, es el tema de la ética. En este trabajo, se tocarán solamente las
siguientes aristas:
La ética y la
institución psicoanalítica.
Los conflictos
entre los miembros de una institución.
Los conflictos
entre los miembros de distintas instituciones.
Los conflictos
inter e intrainstitucionales, es decir, entre las instituciones y en interior
de las mismas.
La frontera entre
una decisión ética y no ética, puede llegar a ser una línea muy delgada que hay
que tener muy en cuenta, resaltar, no esquivar ni saltear sino enfrentar y ser
consecuentes hasta arribar a lo que corresponda.
Desarrollo
De manera muy
sintética, podemos afirmar que la ética es el estudio de la moral o el actuar
bien dentro de la cultura. Es saber distinguir entre lo que es propio o
impropio, saber la diferenciación entre ciertas intenciones, decisiones o
acciones. Es ejercer un comportamiento coherente y congruente, respondiendo las
preguntas.
¿Cómo actuar de la
mejor manera posible de acuerdo a fines?
¿Hasta dónde se es
personalmente responsable de los actos cometidos?
Hay una gran
cantidad de factores que hacen muy compleja las motivaciones de los actos, en el que en algunos prima lo
promovido desde la propia cultura de la sociedad donde acontecen y otros donde
prevalece una decisión individual ya sea consciente o inconsciente.
Por otra parte, no
se puede perder de vista que las instituciones están formadas por individuos y
que su finalidad está en servir a sus miembros componentes, lo que hace que
éste sea un inter juego, algo muy complejo.
Institución
psicoanalítica
Uno de los puntos
que incluye en la definición de Institución, la RAE (2019), que quiero aquí
destacar: “es un organismo que desempeña una función de interés público,
especialmente benéfico o docente”.
Ahora bien, ¿qué es
una Institución Psicoanalítica? Recuperando lo descrito en la página de mi
institución: la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), el objetivo principal
de esta consiste en “Contribuir al desarrollo, estudio y discusión del
psicoanálisis en áreas de investigación, docencia y aplicación clínica para el
conocimiento y desarrollo del individuo y la sociedad”. Considero que esta
definición es aplicable a cualquier otra institución psicoanalítica.
El modelo médico
del psicoanálisis (individual, orientado a un sujeto) se debe al interés de
Freud por darle una base que se apoyara en la ciencia de su época pero sabemos
que su interés y su reflexión sobre la vinculación del ser humano con lo social
existió desde siempre.
En “Psicología
de las masas y análisis del yo”(1921), Freud nos describe la forma en la
que el Yo del sujeto individual, se pierde por efecto del sentimiento oceánico,
concepto que él retoma de Le Bon, sobre como un sentimiento de elación recorre
a la masa y la vuelve un todo y hace que se pierda la parte del sujeto
independiente, siendo así capaz de generar acciones de gran envergadura, en lo
bueno (aspectos solidarios ante una catástrofe) y en lo malo (un linchamiento,
por ejemplo) de la masa. Es por efecto psicológico de pertenecer a una masa,
que sus integrantes se sientes unidos en un solo Ideal del Yo, de manera que
queda disuelto el Yo del individuo para dar paso al grupo, quien por
identificación, queda ligado al líder quien logra moverlo, casi por efectos
hipnóticos sugestivos, depositando en él, fuerza y motor que logra llevarlo a
un triunfo o al cadalso.
Luego, en el “Porvenir de una ilusión” (1927) Freud nos plantea la necesidad del grupo de crear instituciones que estructuren y sostengan a través de reglas, normas o leyes que rijan la relación entre todos. Nos da tres ejemplos de instituciones: el Ejército, el Estado y la Religión, que considera se crean como necesidades del grupo para proteger los bienes adquiridos por una cultura y que deben ser protegidos de la rebelión de los miembros y del deseo de poder de otros. Para lograr llevar a cabo los principios éticos de una institución, es decir, los valores elegidos para ser preservados, es necesario un acuerdo entre todos los miembros pero esto no siempre es posible, luchas de poder y conflictos muchas veces de orden narcisista, generan desacuerdos que ponen en peligro el liderazgo o incluso, su continuidad.
La cultura exige muchos sacrificios y no
siempre son aceptados por todos, tal como nos dice después en “El malestar en la cultura” (1932). La
necesidad de instituciones que estén regidas por normas son necesarias para
mantener el equilibrio, para que no predomine la parte hostil del hombre cuando
muestra esta compulsión a la destrucción, cuando invierte el esquema del
dominio de la naturaleza para producir los bienes y, en su lugar, destruye estos
bienes, dejándose llevar por sus pulsiones agresivas, como había reflexionado
años antes en “Tótem y tabú” (1913). Al
interior de las instituciones, pareciera repetirse en ocasiones,
compulsivamente, la lucha entre los hermanos de la horda primitiva y, al igual
que éstos, los miembros matarán nuevamente al padre de manera simbólica,
teniendo que formar nuevos clanes, es decir, escindirse.
Kurnitzky, H. (1992), señala que en todo acto
civilizatorio, en cada paso hacia una civilización de la cultura, está siempre el
sacrificio, que es el que permite el crecimiento. Para Castoriadis (1974) en
cambio, él considera que el ser social es actividad y es hacer, crear y que, la
creación humana se logra a través de la imaginación, al ser un hacer que genera.
El ser humano imagina, crea y genera algo donde antes no había nada, transforma
al mundo y se transforma, de esta manera, a sí mismo. Es así como las
sociedades, según Castoriadis, formadas por individuos, construyen sus propios
imaginarios: instituciones, leyes, tradiciones, creencias y comportamientos.
Esta mirada de Castoriadis, nos ofrece
soluciones más creativas ante los problemas de las instituciones
psicoanalíticas, a través de la participación, los procesos de comunicación,
pero sobre todo, con la creación y la imaginación.
Si estas
instituciones están formadas por psicoanalistas, la complejidad aumenta porque
las características básicas de todo ser humano están, desde mi perspectiva,
incrementadas de manera especial. Para ser capaces de lograr llevar adelante
una formación tan demandante como la del psicoanalista, las personas requieren
de montos muy importantes de suministros narcisistas para compensar, la gran
cantidad de frustraciones que esta implica, lo mismo que la profesión en sí. Apoyo
esto, en un trabajo previo, que está en el libro Sobre Género y
Psicoanálisis, específicamente en los capítulos de Alicia Briseño y Rosalba
Bueno (2016), sobre el esfuerzo que requiere la formación psicoanalítica
(Briseño, A.) y los avatares que transitan las psicoanalistas para
transformarse en líderes de sus instituciones (Bueno, R).
Por otra parte, Abel
Fainstein, en su Tesis de Maestría “Institución
Psicoanalítica. Especificidad, obstáculos y políticas. Una experiencia
institucional” nos dice:
Consideramos a la Institución Psicoanalítica como un lugar de trabajo
para la circulación de la Teoría y la Práctica Psicoanalítica en su
articulación con el contexto científico y cultural. Rescato en esta formulación
la noción de “lugar” de Marc Auge, como un lugar de identidad, relacional e
histórico, condiciones todas que caracterizan a las instituciones analíticas y que
marcan la subjetividad de sus integrantes, a veces más allá de sus respectivas
singularidades. De allí la importancia de los fenómenos de identificación,
desidentificación, y Psicología de las masas” (Fainstein, A. 2012)
En
estas instituciones, si el líder logra representar los valores del Ideal del Yo
que generen la formación y el crecimiento de buenos psicoanalistas, con un
ambiente emocional y de respeto, se genera como lo señala Castoriadis, un ser
social que genera y crea, que aporta a su entorno dicho crecimiento.
Pero no siempre
ocurre así. Horacio Rotemberg, en su artículo “Locura y poder en las instituciones psicoanalíticas” (2018) nos
dice:
Las instituciones psicoanalíticas están
condicionadas por los juegos de poder propios del ejercicio político de todo
agrupamiento humano y también por aquellas expresiones pasionales surgidas de
las locuras privadas que condicionan la subjetividad de sus miembros.
Y
continúa:
Los liderazgos perjudiciales, los efectos
del prestigio en las discusiones científicas y en la búsqueda de la verdad, los
borramientos de las singularidades, los peligros del conservadurismo y del
rechazo de lo nuevo, la falta de lugar para la crítica y la incerteza y la
agresividad liberada, son solo algunos de los factores perjudiciales.
Como vemos, cada grupo o
institución, genera sus propios principios y valores básicos que pueden ser
personales y/o grupales. Cuando no logran coincidir, o si se mezclan como en el
caso de los llamados “mundos superpuestos”, los resultados en relación a la
ética, se ven altamente afectados y pueden llevar a tensiones que son vividas
como locura, tal y como lo señala Rotemberg.
A manera de
conclusión
Como hemos visto, en las instituciones psicoanalíticas, el ejercicio de la ética llevada a cabo por un miembro suele ser igual de compleja que si se encuentra en compañía de sus colegas. Una posición en “solitario”, carece de la posibilidad de reflexión y comunicación, lo que lo lleva a no poder distinguir la línea de lo ético al carecer de referentes. En otras situaciones, entre pares, resulta muy compleja porque entran en juego los valores personales y la identificación que entre ellos pueda o no existir.
Situaciones similares se
dan entre diferentes instituciones psicoanalíticas donde lo que además se
juega, son los aspectos de defensa, identificación y también, negación de las
propias fallas éticas.
Aquí recuperamos el
epígrafe porque en una institución psicoanalítica, se necesita coraje,
esfuerzo, entrega para vivir; generosidad y buena elaboración al interior de
sus propios análisis, para poder hacer creativa e imaginativa la convivencia se
necesita también prudencia y humildad para sobrevivir al narcisismo maligno de
los otros y del propio.
Bibliografía
- Briseño, A (2016) “Formación académica y relación de pareja en mujeres mexicanas. El caso de las psicoanalistas, un estudio cualitativo”, investigación exploratoria para obtener el certificado de estudios del Programa Post-doctoral en Estudios de Género, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) Buenos Aires, Argentina.Resultados de la Investigación presentados y aprobados el 2 de julio del 2016. Artículo final aprobado el 14 de diciembre del 2016.
- Castoriadis, C. Recuperado el 29 de julio 2019 en: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cornelius_Castoriadis
- Fainstein, A (2012) Institución Psicoanalítica. Especificidad, Obstáculos y Políticas. Una experiencia institucional. Tesis de Maestría. Universidad del Salvador. USAL. Buenos Aires.
- Freud, S. (1913) Tótem y Tabú. Tomo XIII. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires.
- Freud, S. (1921). Psicología de las masas y el análisis del yo. Tomo XVIII. Obras Completas. Amorrortu Editores. Buenos Aires
- Freud, S. (1927). El Porvenir de una Ilusión. Tomo XXI. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires.
- Freud, S. (1930). El malestar en la Cultura. Tomo XXI. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires.
- Kurnitzky, H (1992) La estructura libidinal del dinero. Siglo XXI, México.
- RAE, Diccionario (2019) recuperado el 5 de agosto en: https://dle.rae.es/?id=LnOUwtU
- Rotemberg, H (2918) Locura y poder en la institución psicoanalítica. Rev. De APdeBA. Vol XL - n. 1 y 2 - 2018 - pp. 281-292. Buenos Aires.
- Savater, F recuperado el 5 de agosto del 2019 en: https://www.mundifrases.com/tema/ética/
- Sociedad Psicoanalítica de México, A.C. recuperado el 4 de agosto 2019 en: https://spm.mx/semblanza-spm/el-psicoanalisis/
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