domingo, 8 de septiembre de 2019

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Subcomisión del Simposio

PROGRAMA XLI SIMPOSIO ANUAL 2019


























sábado, 7 de septiembre de 2019

PROGRAMA PRELIMINAR




TRABAJOS LIBRES - Enrique Alba



FRONTERAS DEL AMOR

Enrique Alba

                                           
     
“…mantenerse dentro de las fronteras que la ética y la técnica le prescriben.” 
Puntualizaciones sobre el amor de transferencia. S. Freud, 1914.



En esta afirmación Freud nos conmina a sostener una práctica del psicoanálisis en la cual ética y técnica se erigen como los márgenes de la frontera en el abordaje del objeto del psicoanálisis que se constituye en tanto inconsciente.

En “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia” Freud se plantea el dilema de un amor de transferencia que oscila entre lo que llama “un amor real y efectivo” y “una resistencia en la forma de manifestación de enamoramiento”, esta última “que se compone por entero de repeticiones y calcos de reacciones anteriores, incluso infantiles”.

De esta forma el amor de transferencia vacilaría entre dos formas que llevan a Freud a preguntarse: ¿acaso de hecho no cabe llamar real al enamoramiento que deviene manifiesto en la cura analítica?

Si continuamos con la argumentación, este “amor real” habría que diferenciarlo de esa otra forma de amor, que, repitiendo modelos infantiles, se sirve de “la resistencia que gobierna esta situación” y “carece en alto grado del miramiento por la realidad objetiva”.

Seguramente nos sea más común considerar esta forma del amor a lo que habitualmente llamamos enamoramiento, que se manifiesta en la transferencia y que se diferencia de un “amor genuino” en cuanto el carácter infantil, narcicístico, que asume, dominado por la repetición y configurado dentro del complejo de Edipo. Pero entonces ¿Qué es este amor real?,¿en que difiere del amor infantil, propio del enamoramiento? 
Aquí traemos un caso clínico presentado por Inés Rosales, de Barcelona. Un joven llega con una fuerte angustia (pánico, sudores y palpitaciones) a causa de unos pensamientos que él mismo califica de absurdos: una ex novia sueca podría estar embarazada de él, aún sin saberlo ella, pues lo niega; hecho que lo dejaría prisionero de un vínculo por paternidad no deseada. Otra, escocesa, que no acepta haber roto con él, podría acusarlo falsamente de maltrato físico, lo que implicaría su encarcelamiento. Lo más absurdo es que le han sobrevenido en su momento más feliz: ha roto con todas porque ha encontrado a su Una mujer; también extranjera, de Honduras. ¡Pero “ella es maravillosa, guapa y tan sabia…es tan profundo lo que dice!”. 
El tiempo y las sesiones juegan a su favor, y sus miedos causados por aquellas mujeres ceden. Mientras tanto su relación con la elegida se ha consolidado. Pero teme presentarla a sus padres por ser muy diferente del modelo esperado… Sin embargo, cuenta que en su momento su padre rompió durante un tiempo con su propia familia, porque  no aceptaban  a su pretendida, de clase social más baja. 
Se asombra del gran amor que la madre inspiró a su padre, a quien dio 6 hijos. “Para él nunca ha habido otra mujer; y cómo iba a haberla, si mi madre ha vivido a través de él, ¡siempre tan dependiente! ¡Lo ha atrapado en sus redes!”. De la risa a la sorpresa, empieza a entender algo de su síntoma, que ahora se dice mejor: miedo a quedar aprisionado por causa de una mujer. Y también del momento en que aparece: cuando él, como su padre, ha elegido a Una entre todas. Él, dice, ama a su padre, aunque no se ocupaba mucho de los niños, siempre en su despacho; de pequeño solía decir “mi padre trabaja de firmar” El progreso en el análisis le permitirá situar su síntoma en Una mujer, la suya, de la que dirá que la ama mucho, pero a veces su relación se torna inconfortable…ella es demasiado femenina, y al no tener aún amigos propios ni ejercer su profesión, depende demasiado de él. Él en cambio tiene un buen trabajo, dinero y amigos. Ahora entonces la idea absurda que lo angustia es: “ella siente envidia de todo lo que yo tengo y ella carece”.
En el caso es clara la repetición que se configura en el análisis en cuanto lo que conlleva cierta identificación con el padre en la elección de una mujer dependiente e impresentable a la familia, que muestra una repetición sintomática por la cual la mujer queda configurada como la que “aprisiona”, “atrapa en una red”. Sin embargo, el síntoma de consulta es más enigmático y apunta al encuentro feliz con una mujer que le ha despertado absurdamente pensamientos angustiantes en relación a otras dos con las que ha roto. Si bien esta mujer es extranjera como las otras dos, además es extra-comunitaria, o sea que, siendo objeto de una identificación al padre, interna así mismo, amor narcisista, es doblemente ex – terna. Hay en esto una repetición fallida por no ser idéntica a sí misma. Y en esta repetición fallida se anuda algo que del padre cae en una diferencia: una extra-extranjera. Algo se repite, pero como marca en una diferencia. Por otro lado, el padre trabaja de firmar, de dejar su marca, su marca en la descendencia. Marca que lo ocupaba más que lo que se ocupaba de esta. O sea, más atento a la firma que al hijo, éste pagará con su angustia el amor al padre por la falta de amor del padre. Lo “inconfortable” del amor a una mujer ”demasiado femenina” entre otras –sus ex – a diferencia del amor del padre por la madre, para quien “nunca ha habido otra”, cosa que desmiente diciendo que fue “Una entre todas”. Hay en el equívoco un deslizamiento del amor del padre al amor al padre. Del amor al padre como marca al amor del padre como padre de la ley. Si el síntoma de la consulta esta en relación a la angustia por pensamientos absurdos en relación a una paternidad no deseada y un encarcelamiento por maltrato físico, en transferencia se ha constituido como miedo a quedar aprisionado por causa de una mujer. Amor al padre, en lo que lleva la marca de la descendencia, amor del padre en tanto dador de una ley, metáfora que organiza las relaciones de las contingencias de la sexualidad.
Esto nos recuerda al pacto Yahve-Abram (Génesis, 17), por el que este cambia a Abraham, pasando a llevar una marca en su nombre y que por la circuncisión transmitirá a su descendencia. Y es esta marca, que, como diría Borges - “lo que se cifra en el nombre” -, es la “a” aspirativa de Yahve, que surge en el pacto como “primer gesto de amor” (Lacan, sem 14, La Lógica del fantasma, 10/5/67) antes que la Ley encuentre su escritura (Éxodo). Primer “gesto de amor” del Dios Padre que Abraham deberá reafirmar en el sacrificio del hijo (génesis, 22) y por el cual realizará en el cordero sacrificial la metáfora de ese amor al Dios Padre.
“Como su padre, él ha elegido Una”, que lo enfrenta con la dificultad de presentarla a la familia, pero ésta es Una extra-extra. Más allá de lo que podría ser una diferencia de lo esperado y de las posibles clases sociales; por lo guapa y sabia en “lo que dice”, y seguramente también por como lo dice, en “lo profundo” del acento y del tono, es que ella es amada.
Vemos en este campo algo que se configura más allá de una identificación al padre, al ideal edípico que encarna como padre de la ley. Y si “de la sorpresa a la risa empieza a entender algo de su síntoma”, algo queda por fuera en ese miedo a quedar aprisionado por causa de una mujer y la idea absurda que lo angustia: que “ella siente envidia de todo lo que yo tengo y ella carece”. Si bien lo que ella envidia, podría subsumirse en una envidia al pene, o sea a lo que le falta en tanto que castrada, la angustia es de él. Es que la falta de ella lo enfrenta con su propia castración. Que ella “sienta envidia de todo lo que él tiene y ella carece” lo introduce en el miedo de quedar aprisionado, atrapado como el padre, a causa de una mujer. O sea, atrapado a la causa que es ella y que “lo aleja del modelo esperado”.  Se evidencia una distancia entre lo que ella es como causa de deseo, erótico, causa de una falta, y la demanda de sus ideales, entre el amor por el objeto erótico y el amor al Ideal. Dos dimensiones del amor donde una recubre a la otra se evidencian en la hiancia que afecta como ambivalencia a “la más generalizada degradación de la vida amorosa”.
Si el Ideal, como Ideal del yo, configura la identificación al padre que sostiene el final del complejo de Edipo, vemos que “hay un más allá a esa identificación, y ese más allá se define por la relación y la distancia del objeto”, causa de deseo, que Lacan llama a minúscula, “con la I mayúscula que idealiza a la identificación” (Lacan. Sem. 11, los cuatro conceptos, 24/6/64). Es en este espacio de la transferencia es que se jugará, el deseo del analista, “dentro de las fronteras que la ética y la técnica le prescriben”, como “un deseo de obtener una diferencia absoluta”, cuando enfrentado a esa marca que constituye el significante primordial, por cuyo efecto resulta el objeto “a”, “puede surgir la significación de un amor sin límites, ya que está por fuera de los límites de la ley” (ídem).
Si la significación del amor, dentro de los marcos de la ley, ley del significante, responde al padre en su función de metáfora del deseo, en principio del deseo de la madre, hay un amor, más real, que implica una renuncia, no solo al Ideal, sino fundamentalmente “una renuncia a su objeto” (ídem). Si “amar es dar lo que no se tiene” es porque de lo que se trata en el amor es de una entrega, no de lo que se tiene sino del ser en la castración. Ser en falta como entrega del objeto al Otro. Y si hay un fin en el análisis es el del encuentro con esa “roca viva” de la castración donde se podrá poner en juego “algo” de ese amor real, más allá de toda identificación.     
Bibliografía
  
  • Borges, J.L. Para las seis cuerdas,1965. Milonga de Jacinto Chiclana. https://www.literatura.us/borges/cuerdas.html
  • Freud, S., Sobre las más generalizadas degradaciones de la vida amorosa.. (Contribuciones a la psicología del amor II) Ediciones Amorrortu Tomo XI (1912)
  • “ “ Puntualizaciones sobre el amor de transferencia. Ediciones Amorrortu Tomo XII (1915/1914/)
  • “ “ Análisis terminable e interminable. Ediciones Amorrortu Tomo XXII!.(1937)
  • Lacan, J. 19 La significación del Falo. Escritos. Siglo XXI. Buenos Aires(1988)
  • 1964, Seminario 11, Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. Barral Editores (1977) España
  • 1967. Seminario 14, La lógica del fantasma. Traducción EFBA
  • La Biblia de las Américas. Antiguo testamento. https://www.bibliatodo.com/la-biblia/version/Biblia-de-las-americas
  • Rosales, Inés. Manipulando el Nudo de 4 ¿Cómo anuda el padre-síntoma-una mujer? Jornadas de los Colegios Clínicos (IF-EPFCL) en Tarragona, 30 mayo 2015


Descriptores: Transferencia- enamoramiento- amor real.

Resumen
A partir de Puntualizaciones sobre el amor de transferencia y un caso clínico surgirán algunas reflexiones para poder pensar las diferencias del amor con las que nos enfrentamos en la clínica psicoanalítica en transferencia y sus consecuencias éticas y técnicas en la dirección de la cura. 




TRABAJOS LIBRES - Alejandra Alfonso


¿CÓMO ABRIR EL JUEGO A LO NO PENSADO, A LO DIFERENTE?
JUEGO, INMANENCIA Y CREACIÓN

Alejandra Alfonso



Al Shackman: “La primera vez que toqué con Nina fue en 1957 en un restaurante de New Hope, Pensilvania. Ella no me miró, no me dijo nada. Como si yo no estuviera y empezó con una canción. No me dijo en qué tono la iba a tocar, directamente empezó a tocar y supe enseguida adónde me iba a llevar. Sin darnos cuenta, fuimos tejiendo la melodía…y entonces ella me miró y me sonrió”.
Nina Simone: “Al Schackman es un tipo tremendamente sensible y creativo Tiene un oído absoluto, o sea, que no importa el tono que yo elija. Yo hago eso todo el tiempo. Cambio de tono en el medio de la canción”.
Al Shackman: “Nina hacía algo maravilloso: tomaba una canción y, en lugar de interpretarla la metamorfoseaba. La adaptaba a su experiencia. Nina mezclaba la música folk con el jazz”.
Nina Simone: “Lo que me interesaba era transmitir un mensaje emocional y eso implica usar todo lo que llevas adentro, para llegar apenas a una nota. Y si tienes que esforzarte para cantar, lo haces. Así que a veces sueno como la grava y otras veces sueno como el café con crema”.[1]


¿Cómo hacemos como analistas para conocer al o a los otros y darle un nuevo lugar? ¿Hacemos el trabajo de agudizar el buen oído y la sensibilidad para escuchar a los otros aunque implique cuestionar nuestros prejuicios, certezas y salir de nuestras áreas de confort? ¿Nos ofrecemos a la posibilidad de un verdadero encuentro con el otro para crear un vínculo? ¿Podemos abrir el juego a lo no conocido, a lo diferente para poder tejer una melodía entre dos? ¿Damos lugar a que nuestra práctica analítica pueda iluminar facetas que están apagadas y dormidas en nuestros pacientes y en nosotros mismos?

Considero que un vínculo es el resultado de una tensión permanente entre lo que nos identifica, allí donde somos iguales cómo seres humanos, y a su vez, lo que nos interfiere, la presencia del otro, lo diferente que nos aleja y que pone en evidencia facetas no visibles y dormidas de cada integrante. El ir siendo músicos, pero porque no somos iguales, tocamos de manera diferente.

Derrida habla de diferencia y “differance” para dar cuenta de un hacer con el movimiento de la vida. Hay un movimiento que genera diferencias, pero no se inscribe en una temporalidad lineal de un antes y un después, se da simultáneamente.

También, a esta distancia ineludible entre humanos, Janine Puget la llama “diferencia radical”, como la condición necesaria de un vínculo que atrae y a la que se desea anular, ya que atenta contra la estabilidad vivida como ideal.
 
Teniendo en cuenta esto, es muy importante la posibilidad de agudizar el oído y la sensibilidad para seguir jugando.  Ya que de esa manera, se podrán despertar esas facetas dormidas, y se va a poder producir un encuentro (“me miró y se sonrió”). De esa manera, se va a poder tejer una melodía juntos, cómo los dos músicos antes mencionados. La producción vincular va a ser el resultado de ese tejido o entramado que es producto de esa tensión permanente.

No todas las experiencias vinculares producen encuentros. 

Es recién, cuando nos podemos apropiar de ellas, que van a producir relatos de palabras, composiciones musicales.

El efecto de la presencia del otro en un vínculo o las fuerzas que constituyen un determinado contexto sociocultural, “la producción de un colectivo”, cómo dirán Deleuze y Guattari, son una muestra de la infinitud de procesos de producción de diferencias que existen. Esta insuperable tensión provoca malestar y potencia el pensamiento ya que nos abren a una cartografía para pensar, crear y producir.

A su vez, estamos habitando una época, donde vivimos en un mundo de incertidumbres e intempestivo en el que permanentemente emergen diferencias que desestabilizan nuestras formas vigentes. Estas diferencias trastocan el piso de los lugares que habitamos, las creencias acerca de quienes somos y de los grupos a los cuales pertenecemos. En base a esto, vamos viendo que los guiones o partituras que pensábamos que teníamos ya prefijadas y que creíamos  que eran para siempre y absolutas, no lo son tanto.

Estas diferencias nos separan de lo que somos, nos arrancan de nosotros mismos, de los lugares en que nos reconocíamos y nos hacen devenir otros, poniéndonos ante una exigencia de creación. En el mejor de los casos y si se puede lograr.

Al jugar, tocar, representar, interpretar, mezclar, transformar y crear, los seres humanos desplegamos la capacidad y posibilidad de liberarnos de los “lugares asignados”.El problema para los adultos es la dificultad para hacer emerger este potencial. Dado que nos inclinamos rápidamente a apagarlo o redireccionarlo hacia los códigos y teorías socialmente preestablecidos.

Lo que sucede con mayor frecuencia es que seguimos fielmente las partituras que aprendimos e incluso tendemos a obturar, rotular, o taponar no dando lugar al devenir.

Esto ocurre en contraste con los niños, que están más abiertos al asombro. Ellos todavía no habitan con tanta fuerza bajo el régimen significante y tienen más posibilidades de jugar y experimentar con lo no conocido, dando lugar a un aprendizaje para nuevas conexiones. Por ejemplo, en el curso de una sesión un chico me propone jugar al juego de la oca, pero después de pronto él me dice “esto no vale”, refiriéndose a una de las indicaciones. Esto hace que lo que antes era bueno para los jugadores, ahora no lo es. De la misma manera ocurre por ejemplo cuando una ficha pasa a ser un auto u otra cosa. Acá la regla no es exterior al juego, sino que la regla empieza a ser creada jugando. Son reglas o transformaciones creadas en el interior del campo del juego.

Walter Benjamin (2013:21) afirma: “la primera experiencia que el niño tiene del mundo no es que “los adultos son más fuertes, sino su incapacidad de hacer magia”.

En nuestra práctica analítica, también nos encontramos con nuevos dispositivos, configuraciones familiares y nuevas situaciones clínicas que nos interpelan a pensar y ver cómo poder intervenir técnicamente.

Cómo dijimos anteriormente, Siendo fieles al espíritu del pensamiento de Freud, se trata justamente de continuar descubriendo y discutiendo las reglas y las normas del juego en nuestra profesión, antes que asumir nuestros conceptos y técnicas como fijos a priori. Esta idea, nos abre la posibilidad de reflexionar y seguir estudiando sobre una de nuestras maneras de intervenir que es “el juego”.

Mi idea es que en el vínculo entre paciente y analista, se producen encuentros en el jugar y pensar que no se pueden anticipar y emergen en la inmanencia de cada situación. Se trata de tomar en cuenta la transferencia como despliegue de lo infantil, pero, a su vez, considerarla como un vínculo que va a producir en inmanencia producciones novedosas y no sólo repetición. Cuando esto acontece se profanan creencias subjetivas fijas, abriendo y creando diversos territorios y nuevas situaciones vinculares que ayudan al despliegue de la singularidad en los procesos de subjetivación.

Volviendo al juego, hay una dimensión del mismo, que adquiere mayor claridad en inglés que en castellano, allí donde jugar es el término, “playing” en inglés, que implica jugar, tanto como tocar un instrumento o desempeñar un papel, por ejemplo, en el caso del actor que compone un personaje. 

Si lo pensamos desde la música, cuando se improvisa no se está leyendo una partitura, se está inventando sobre la marcha. La improvisación es el arte de crear y ejecutar música que no ha sido escrita, y que surge de manera espontánea a través de una serie de material.

En este sentido el jugar va a estar siempre asociado a libertad, a algo que no es fijeza absoluta, en fin, a creación e inmanencia.

En el análisis, entre el niño y el analista, el juego se produce en el jugar, es una cosa que se hace de a dos. Así como también, en la producción musical es el resultado que surge de una experiencia tejida entre los músicos y que emerge de las partituras, trascendiéndola. El analista necesita también desplegar esa escucha, esa capacidad para poder jugar, cosa que el niño enseguida percibe rápidamente.

Podemos imaginar una sesión donde analista y paciente se encuentran como dos músicos, cada uno con su instrumento musical, a improvisar, a crear de manera espontánea. No pretendo usarla palabra improvisación con liviandad, dado que no se trata de juntarse a jugar y nada más. Gilles Deleuze (2004) afirma que de hecho la improvisación exige una larga preparación, “sólo aprendemos a negociar y captar el movimiento de la ola por medio de su práctica”. [2]

El analista posee en su caja de herramientas conceptuales las distintas perspectivas teóricas sobre el juego, más su práctica clínica. Pero si en su dispositivo técnico, agrega además, su capacidad lúdica para ir siguiendo a su paciente, de la misma manera que Al Shackman a Nina Simone, no para darle “su sentido” a lo que produce, sino para ir descifrando el mensaje emocional, ayudará a abrir a múltiples sentidos que puedan venir, a nuevos tonos, a nuevos ritmos, donde el propio paciente irá desplegando su singularidad. Así se teje una melodía entre ambos que produce marcas en los procesos de subjetivación.

De esa manera, si permitimos la apertura de las fronteras a otros tonos, melodías, “a la mezcla de la música folk con el jazz”, a disponer de una caja de herramientas técnicas más amplia, podremos ir tejiendo una melodía junto al paciente que incluya el efecto de presencia del momento y de creatividad, de la misma manera que una improvisación musical.


Para ilustrar más estas ideas arriba expuestas, voy a detallar una breve viñeta clínica que por motivos de confidencialidad se expondrán en la mesa del simposio.

Para finalizar, quisiera agregar algunas preguntas: ¿Estas producciones dentro del encuentro analítico son transformaciones de lo que ya hubo y estuvo en la historia infantil o puede suceder que nazcan nuevos interrogantes, nuevos problemas o posibilidades que no se parezcan a nada conocido, pero que surjan del movimiento, del vivir en aguas con olas, de la incertidumbre de la vida?

Si pensamos lo que dijo Deleuze sobre el acto de creación donde afirma: “el artista debe dar forma a una idea, lo importante es tener ideas, aunque solo sea una. Una idea que puede ir formándose en la repetición, pero con variaciones, en el curso de una obra o en el devenir de un proceso creativo. Mostrar la diferencia dentro de la repetición no es solamente un juego formal, sino que es un gesto fundamental del arte, la vida como creación y un acto de resistencia política”.[3]

El arte de la música no es semántico, es un arte atemporal, no se puede plasmar una idea y ya está. Por eso van a existir los ritornelos, éstos son un trazado que vuelve sobre sí, como una canción de cuna que se repite. Estás haciendo un tema A en Do que hace un puente a un tema B, que si bien repite la idea para fijarla, es distinto, te abre a otro mundo[4].

Deleuze dirá sobre el ritornelo: “Así, todo comienzo es ya un retorno, pero éste siempre implica un desvío, una diferencia, nunca es un retorno a lo mismo”. (Mil Mesetas, pag401) Y agrega, “El gran ritornelo se alza a medida que uno se aleja de la casa, aunque sea para volver, porque ya nadie nos reconocerá cuando volvamos” (“Qué es la filosofía”, pag 181)
Ese caminar de la repetición es para abrir a otro mundo y en esas diferencias en los acordes, en las escalas que son los diferentes lenguajes para escribir música se van a generan producciones creativas diferentes. Un ejemplo de esto, para mencionar sólo algunos, es que Ludwing Van Beethoven, Freddie Mercury,  Wolfgang Amadeus Mozart, Wilhem Richard Wagner o Los Beatles,  todos escriben en el mismo sistema tonal de música, pero sus composiciones son creaciones diferentes.[5]

Entonces, podemos decir que el juego como producción vincular va a desencadenar no sólo el despliegue de lo infantil, el ritornelo, sino también va a producir en inmanencia y libertad puentes potenciales para cambiar de perspectiva, para ir siendo otro con otros, produciendo nuevas experiencias. De esa manera, va a despertar sensaciones nuevas y facetas que estaban poco visibles en nuestros pacientes para ayudarlos a ir habitando los diversos espacios que la vida les brinda y en nosotros mismos, ayudándonos a pensar nuestra clínica.


En base a esto, mi idea es pensar la potencialidad que tiene el “jugar” sea con palabras o con juguetes, en todas sus variables en nuestra práctica profesional y el “escuchar” agudizando el oído y la sensibilidad para producir un verdadero encuentro entre paciente y analista. Además, si tenemos en cuenta que la definición etimológica de estética” viene del griego aistheltikós “susceptible de percibirse por los sentidos”, derivado de aisthesis, sensibilidad.

Podríamos sugerir que estos conceptos, el jugar y la sensibilidad hacen de nuestra clínica analítica una práctica estética y creativa. Cada encuentro entre paciente y analista va a dar como resultado diversas y constantes creaciones artísticas, haciendo diferentes producciones musicales y distintos “unicornios” en cada sesión y con cada paciente.


BIBLIOGRAFIA

  • AGAMBEN, Giorgio: (2013) “Lo Profano” Adriana Hidalgo Editores
  • AGAMBEN, Giorgio: (2002) “Lo abierto” Adriana Hidalgo Editores.
  • BERENSTEIN, Isidoro: (2007) “Del Ser al Hacer. Curso sobre vincularidad” Paidós Editorial
  • BERENSTEIN, Isidoro: (2004) “Devenir otro con otros. Ajenidad, Presencia, Interferencia” Paidós Editorial
  • DELEUZE, Gilles: (2008) “En medio de Spinoza” Cactus Serie Clases.
  • DELEUZE, Gilles: (2012) “Diferencia y repetición” Amorrortu Editores
  • DELEUZE, Gilles: (2015) “La Subjetivación. Cursos sobre Foucault” Cactus Serie Clases
  • DELEUZE, Gilles: () “Mil Mesetas”
  • DERRIDA, Jacques: (2014) “La Hospitalidad” Ediciones de la Flor.
  • DIDI-HUBERMAN, Georges: (2012) “Supervivencia de las luciérnagas” Abada Editores.
  • FREUD, Sigmund (1988) “Análisis de la fobia de un niño de cinco años”. Obras Completas Tomo X. Amorrortu Editores.
  • KLEN, Melanie: (1996) “El psicoanálisis de niños” Paidós Editorial
  • KLEIN, Melanie: (1990) “Amor, culpa y reparación” Paidós Editorial
  • MENDEZ, María Laura: (2011) “Procesos de Subjetivación. Ensayos entre Antropología y Educación”. Editorial Fundación La Hendija
  • MORENO, Julio: (2016) “El Psicoanálisis Interrogado. De las causas al devenir” Lugar Editorial.
  • MORENO, Julio: (2014) “La Infancia y sus bordes. Un desafío para el Psicoanálisis” Paidós Editorial.
  • PUGET, Janine: (2015) “Subjetivación discontinua y psicoanálisis. Incertidumbres y certezas”. Lugar Editorial
  • RANCIERE, Jacques (2007) “El maestro ignorante” Libros del Zorzal.
  • SILVIANO, Santiago: (2015) “Derrida. Glosario” Hilo Rojo Editores
  • WINNICOTT, Donald: (1971) “Realidad y Juego” Gedisa Editorial
  • UNGAR, Virginia: “El oficio del analista y su caja de herramientas: la interpretación revisitada” Trabajo presentado en el Congreso de Boston 2016
  • ZOURABICHVILI, Francois: (2007) “El vocabulario de Deleuze” Nueva Serie




[1] Documental de Nina Simone. Relatos entre el guitarrista Al Shackman y Nina Simone.
[2] Deleuze, Gilles: “Diferencia y Repetición” (1968) Amorrortu Editores
[3] Deleuze, Gilles: ”El acto de creación como acto de resistencia” Entrevista en la Escuela Superior de Imagen y Sonido La Femmis, marzo 1987.
[4] Comentario personal de Fernando Albinarrate, compositor y productor musical.
[5] Comentario personal de Fernando Albinarrate, compositor y productor musical.







TRABAJOS LIBRES - Alicia Briseño Mendoza



FRONTERAS DE LA ÉTICA EN LAS INSTITUCIONES PSICOANALÍTICAS 

Alicia Briseño Mendoza [1]



“Después de tantos años estudiando la ética,
he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes:
Coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir”
Fernando Savater


Introducción

Uno de los temas medulares en la labor del psicoanalista, en lo individual y también en lo grupal, es el tema de la ética. En este trabajo, se tocarán solamente las siguientes aristas:

La ética y la institución psicoanalítica.

Los conflictos entre los miembros de una institución.

Los conflictos entre los miembros de distintas instituciones.

Los conflictos inter e intrainstitucionales, es decir, entre las instituciones y en interior de las mismas.

La frontera entre una decisión ética y no ética, puede llegar a ser una línea muy delgada que hay que tener muy en cuenta, resaltar, no esquivar ni saltear sino enfrentar y ser consecuentes hasta arribar a lo que corresponda.

Desarrollo

De manera muy sintética, podemos afirmar que la ética es el estudio de la moral o el actuar bien dentro de la cultura. Es saber distinguir entre lo que es propio o impropio, saber la diferenciación entre ciertas intenciones, decisiones o acciones. Es ejercer un comportamiento coherente y congruente, respondiendo las preguntas.

¿Cómo actuar de la mejor manera posible de acuerdo a fines?

¿Hasta dónde se es personalmente responsable de los actos cometidos?

Hay una gran cantidad de factores que hacen muy compleja las motivaciones de los  actos, en el que en algunos prima lo promovido desde la propia cultura de la sociedad donde acontecen y otros donde prevalece una decisión individual ya sea consciente o  inconsciente.

Por otra parte, no se puede perder de vista que las instituciones están formadas por individuos y que su finalidad está en servir a sus miembros componentes, lo que hace que éste sea un inter juego, algo muy complejo.

Institución psicoanalítica

Uno de los puntos que incluye en la definición de Institución, la RAE (2019), que quiero aquí destacar: “es un organismo que desempeña una función de interés público, especialmente benéfico o docente”.

Ahora bien, ¿qué es una Institución Psicoanalítica? Recuperando lo descrito en la página de mi institución: la Sociedad Psicoanalítica de México (SPM), el objetivo principal de esta consiste en “Contribuir al desarrollo, estudio y discusión del psicoanálisis en áreas de investigación, docencia y aplicación clínica para el conocimiento y desarrollo del individuo y la sociedad”. Considero que esta definición es aplicable a cualquier otra institución psicoanalítica.

El modelo médico del psicoanálisis (individual, orientado a un sujeto) se debe al interés de Freud por darle una base que se apoyara en la ciencia de su época pero sabemos que su interés y su reflexión sobre la vinculación del ser humano con lo social existió desde siempre.

En “Psicología de las masas y análisis del yo”(1921), Freud nos describe la forma en la que el Yo del sujeto individual, se pierde por efecto del sentimiento oceánico, concepto que él retoma de Le Bon, sobre como un sentimiento de elación recorre a la masa y la vuelve un todo y hace que se pierda la parte del sujeto independiente, siendo así capaz de generar acciones de gran envergadura, en lo bueno (aspectos solidarios ante una catástrofe) y en lo malo (un linchamiento, por ejemplo) de la masa. Es por efecto psicológico de pertenecer a una masa, que sus integrantes se sientes unidos en un solo Ideal del Yo, de manera que queda disuelto el Yo del individuo para dar paso al grupo, quien por identificación, queda ligado al líder quien logra moverlo, casi por efectos hipnóticos sugestivos, depositando en él, fuerza y motor que logra llevarlo a un triunfo o al cadalso. 

Luego, en el “Porvenir de una ilusión” (1927) Freud nos plantea la necesidad del grupo de crear instituciones que estructuren y sostengan a través de reglas, normas o leyes que rijan la relación entre todos. Nos da tres ejemplos de instituciones: el Ejército, el Estado y la Religión, que considera se crean como necesidades del grupo para proteger los bienes adquiridos por una cultura y que deben ser protegidos de la rebelión de los miembros y del deseo de poder de otros. Para lograr llevar a cabo los principios éticos de una institución, es decir, los valores elegidos para ser preservados, es necesario un acuerdo entre todos los miembros pero esto no siempre es posible, luchas de poder y conflictos muchas veces de orden narcisista, generan desacuerdos que ponen en peligro el liderazgo o incluso, su continuidad.

La cultura exige muchos sacrificios y no siempre son aceptados por todos, tal como nos dice después en “El malestar en la cultura” (1932). La necesidad de instituciones que estén regidas por normas son necesarias para mantener el equilibrio, para que no predomine la parte hostil del hombre cuando muestra esta compulsión a la destrucción, cuando invierte el esquema del dominio de la naturaleza para producir los bienes y, en su lugar, destruye estos bienes, dejándose llevar por sus pulsiones agresivas, como había reflexionado años antes en “Tótem y tabú” (1913). Al interior de las instituciones, pareciera repetirse en ocasiones, compulsivamente, la lucha entre los hermanos de la horda primitiva y, al igual que éstos, los miembros matarán nuevamente al padre de manera simbólica, teniendo que formar nuevos clanes, es decir, escindirse.

Kurnitzky, H. (1992), señala que en todo acto civilizatorio, en cada paso hacia una civilización de la cultura, está siempre el sacrificio, que es el que permite el crecimiento. Para Castoriadis (1974) en cambio, él considera que el ser social es actividad y es hacer, crear y que, la creación humana se logra a través de la imaginación, al ser un hacer que genera. El ser humano imagina, crea y genera algo donde antes no había nada, transforma al mundo y se transforma, de esta manera, a sí mismo. Es así como las sociedades, según Castoriadis, formadas por individuos, construyen sus propios imaginarios: instituciones, leyes, tradiciones, creencias y comportamientos.

Esta mirada de Castoriadis, nos ofrece soluciones más creativas ante los problemas de las instituciones psicoanalíticas, a través de la participación, los procesos de comunicación, pero sobre todo, con la creación y la imaginación.

Si estas instituciones están formadas por psicoanalistas, la complejidad aumenta porque las características básicas de todo ser humano están, desde mi perspectiva, incrementadas de manera especial. Para ser capaces de lograr llevar adelante una formación tan demandante como la del psicoanalista, las personas requieren de montos muy importantes de suministros narcisistas para compensar, la gran cantidad de frustraciones que esta implica, lo mismo que la profesión en sí. Apoyo esto, en un trabajo previo, que está en el libro Sobre Género y Psicoanálisis, específicamente en los capítulos de Alicia Briseño y Rosalba Bueno (2016), sobre el esfuerzo que requiere la formación psicoanalítica (Briseño, A.) y los avatares que transitan las psicoanalistas para transformarse en líderes de sus instituciones (Bueno, R).

Por otra parte, Abel Fainstein, en su Tesis de Maestría “Institución Psicoanalítica. Especificidad, obstáculos y políticas. Una experiencia institucional” nos dice:

Consideramos a la Institución Psicoanalítica como un lugar de trabajo para la circulación de la Teoría y la Práctica Psicoanalítica en su articulación con el contexto científico y cultural. Rescato en esta formulación la noción de “lugar” de Marc Auge, como un lugar de identidad, relacional e histórico, condiciones todas que caracterizan a las instituciones analíticas y que marcan la subjetividad de sus integrantes, a veces más allá de sus respectivas singularidades. De allí la importancia de los fenómenos de identificación, desidentificación, y Psicología de las masas” (Fainstein, A. 2012)

En estas instituciones, si el líder logra representar los valores del Ideal del Yo que generen la formación y el crecimiento de buenos psicoanalistas, con un ambiente emocional y de respeto, se genera como lo señala Castoriadis, un ser social que genera y crea, que aporta a su entorno dicho crecimiento.

Pero no siempre ocurre así. Horacio Rotemberg, en su artículo “Locura y poder en las instituciones psicoanalíticas” (2018) nos dice:

Las instituciones psicoanalíticas están condicionadas por los juegos de poder propios del ejercicio político de todo agrupamiento humano y también por aquellas expresiones pasionales surgidas de las locuras privadas que condicionan la subjetividad de sus miembros.

Y continúa:

Los liderazgos perjudiciales, los efectos del prestigio en las discusiones científicas y en la búsqueda de la verdad, los borramientos de las singularidades, los peligros del conservadurismo y del rechazo de lo nuevo, la falta de lugar para la crítica y la incerteza y la agresividad liberada, son solo algunos de los factores perjudiciales.

Como vemos, cada grupo o institución, genera sus propios principios y valores básicos que pueden ser personales y/o grupales. Cuando no logran coincidir, o si se mezclan como en el caso de los llamados “mundos superpuestos”, los resultados en relación a la ética, se ven altamente afectados y pueden llevar a tensiones que son vividas como locura, tal y como lo señala Rotemberg.

A manera de conclusión

Como hemos visto, en las instituciones psicoanalíticas, el ejercicio de la ética llevada a cabo por un miembro suele ser igual de compleja que si se encuentra en compañía de sus colegas. Una posición en “solitario”, carece de la posibilidad de reflexión y comunicación, lo que lo lleva a no poder distinguir la línea de lo ético al carecer de referentes. En otras situaciones, entre pares, resulta muy compleja porque entran en juego los valores personales y la identificación que entre ellos pueda o no existir.

Situaciones similares se dan entre diferentes instituciones psicoanalíticas donde lo que además se juega, son los aspectos de defensa, identificación y también, negación de las propias fallas éticas.

Aquí recuperamos el epígrafe porque en una institución psicoanalítica, se necesita coraje, esfuerzo, entrega para vivir; generosidad y buena elaboración al interior de sus propios análisis, para poder hacer creativa e imaginativa la convivencia se necesita también prudencia y humildad para sobrevivir al narcisismo maligno de los otros y del propio.


Bibliografía

  • Briseño, A (2016) “Formación académica y relación de pareja en mujeres mexicanas. El caso de las psicoanalistas, un estudio cualitativo”, investigación exploratoria para obtener el certificado de estudios del Programa Post-doctoral en Estudios de Género, Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES) Buenos Aires, Argentina.Resultados de la Investigación presentados y aprobados el 2 de julio del 2016. Artículo final aprobado el 14 de diciembre del 2016. 
  • Castoriadis, C. Recuperado el 29 de julio 2019 en: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cornelius_Castoriadis
  • Fainstein, A (2012) Institución Psicoanalítica. Especificidad, Obstáculos y Políticas. Una experiencia institucional. Tesis de Maestría. Universidad del Salvador. USAL. Buenos Aires. 
  • Freud, S. (1913) Tótem y Tabú. Tomo XIII. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 
  • Freud, S. (1921). Psicología de las masas y el análisis del yo. Tomo XVIII. Obras Completas. Amorrortu Editores. Buenos Aires 
  • Freud, S. (1927). El Porvenir de una Ilusión. Tomo XXI. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 
  • Freud, S. (1930). El malestar en la Cultura. Tomo XXI. Obras Completas. Amorrortu Editores, Buenos Aires. 
  • Kurnitzky, H (1992) La estructura libidinal del dinero. Siglo XXI, México. 
  • RAE, Diccionario (2019) recuperado el 5 de agosto en: https://dle.rae.es/?id=LnOUwtU
  • Rotemberg, H (2918) Locura y poder en la institución psicoanalítica. Rev. De APdeBA. Vol XL - n. 1 y 2 - 2018 - pp. 281-292. Buenos Aires. 
  • Savater, F recuperado el 5 de agosto del 2019 en: https://www.mundifrases.com/tema/ética/
  • Sociedad Psicoanalítica de México, A.C. recuperado el 4 de agosto 2019 en: https://spm.mx/semblanza-spm/el-psicoanalisis/



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