miércoles, 3 de julio de 2019

CONTRIBUCIONES - Delia Torres Aryan


DECONSTRUYENDO FRONTERAS

Delia Torres Aryan


Ser contemporáneo es vivir en las fronteras
Giorgio Agamben


Me propongo deconstruir tres figuras míticas de mujer a la luz de las ideas de Walter Benjamin.

La obra de Benjamin es fragmentaria, inconclusa, hermética, anacrónica y siempre actual, no como defecto sino como materialización de su pensamiento filosófico materialista, místico, romántico, estético que se ocupa de teoría de la historia, arte, política y muchas cosas más como el juego de los niños o ser coleccionista.

Todos estos campos confluyen de manera inseparable en su reflexión errante.

La errancia es su forma de pensar y producir en consonancia con el concepto de ser judío, vivir en movimiento, en éxodo, en marcha renovada y activa con la certeza de que el mesías llegará, no como algo exterior al quehacer diario, sino como certeza de que en el recorrido en que se vence cada obstáculo que se presenta, reside la potencia. Esta es su mística, una forma posible entre muchas de esperar al mesías que se celebra y renueva en el saludo emocionado “el año que viene en Jerusalén”. Hay muchas formas de entender el pensamiento de Walter Benjamin, esta es la mía que coincide con muchos y difiere de muchos otros.

Temporalidad. Transmisión. Tradición.

Para Benjamin el tiempo no es un continuum sino la dialéctica de fragmentos de tiempo. La historia no es un pasado que progresa sino fragmentación de momentos, imagen del pasado que se actualiza y revela eventos históricos como una imagen onírica a la que llama imagen dialéctica. Hechos anónimos del pasado que nos enfrentan, nos miran, nos interpelan e inquietan, se trata de un entrecruzamiento entre el observador y lo observado, lo lejano se insinúa próximo y lo próximo resulta lejano.

La historia no es un desarrollo lineal sujeto a leyes, previsible y controlable, sino el resultado de contingencias del azar que encuentran su sentido a posteriori, es un lugar de verdades transitorias y a veces contradictorias.

Es una síntesis auténtica, una inter penetración crítica del pasado y el presente, un objeto histórico que se convierte en el origen. Un síntoma de la historia. Es un concepto opuesto a la síntesis dialéctica de Hegel, que es una espiral sin resto.

“Tradición” es una forma de sentir sin recuerdos, implica tareas de organización y transición que deben concluir con la posibilidad de transformar en propia historia un tiempo pasado y perdido, aquel en que los padres aportaban la garantía de un saber sobre la vida y la muerte. Relato que permite sentirse encarnado en las palabras que hablan de los propios sentimientos en donde habitan las voces materna, paterna y comunitaria. Experiencia que ubica al sujeto como sucesor y predecesor en una continuidad generacional que lo confronta a integrar diferencias y prohibiciones estructurantes. A aceptar que toda fuente de placer posee el poder de ser fuente privilegiada de sufrimiento. A renunciar a una garantía de verdad. A encontrar una palabra propia, siempre anteúltima que es transmisión de los valores de una familia y una cultura. Tradición que debe entenderse como relectura talmúdica renovada y no como repetición.

Experiencia es lo que puede ser puesto en relato, la narración ejerce un poder sobre el cuerpo y es fundamento de toda tradición.

La tradición judía tiene un texto breve la Torah, son los primeros cinco libros del antiguo testamento, y el Talmud, registro enorme de la práctica de la lectura de la Torah, contiene todas las interpretaciones. “Todas” significa registro de las canónicas y también de todas las incorrectas, las desechadas.

Este modelo es único en occidente y es matriz del pensamiento de Benjamin y Freud que aparece a comienzos del siglo XX.

Freud, cuando afirma que los sueños son la vía regia del inconsciente significa, como Benjamin, que lo más importante es lo insignificante, lo desechado, lo dejado de lado por inútil como los restos diurnos, los lapsus, las fantasías.

La historia la escriben los vencedores afirmo Benjamin queriendo decir, debemos mirar qué sucedió a los vencidos, los olvidados, obturados, para acercarnos a comprender un hecho histórico. Si existe el derecho es porque no hay justicia y el derecho está siempre al servicio de los vencedores.

Mesianismo.

Tiene dos acepciones contradictorias, una que no es la de Benjamin, dice que llega un salvador, un elegido que viene a redimirnos y autoritariamente dice qué se debe hacer estrictamente, obedecer a sus consignas para alcanzar la salvación. En la perspectiva judía de Benjamin, el mesías es la revolución en el sentido de 1789, no es el resultado “natural” o “inevitable” de una historia concebida en base a un progreso lineal y acumulativo burgués. La filosofía de la historia benjaminiana se opone tanto a las etapas lógicas del marxismo como a la posición burguesa.

La revolución modifica al pasado y al presente y prepara una trama distinta de la historia. Restituye una tensión entre lo actual y lo potencial, sucede como un relámpago, un instante fugaz. Benjamin se libera del pesimismo de la catástrofe que siente que se avecina, la Shoah y segunda guerra mundial, conciliando anarquismo y un marxismo disidente.

¿Religión en qué sentido?, como preservación del misterio de la vida y la muerte que atraviesa todo conocimiento humano.

Benjamin siempre vivió a contrapelo. Expresión de su autoría: “la historia hay que leerla a contrapelo”. Se ganaba la vida escribiendo artículos para periódicos con lo que no alcanzaba a cubrir las necesidades de una vida muy austera sostenida con el dinero que le enviaban sus amigos, muchos de ellos ya trabajaban en universidades de Estados Unidos, forzados por la persecución Nazi.

En las Tesis de Filosofía de la Historia, su última producción teórica, 1940, considerada su trabajo prínceps, describe un aparato que juega ajedrez y siempre gana. Es porque tiene un sistema de espejos que permite a un enano escondido en la parte inferior ver las jugadas previas. El enano es la religión y el aparato el marxismo.

Con esta metáfora graciosa se puede entender por qué se puso en contra a gran parte de los marxistas y judíos religiosos.

Romántico.

Benjamin se sentía muy próximo al romanticismo alemán de fin de siglo XIX, no como producción literaria sino como corriente que nace como reacción hacia los preceptos racionales de la Ilustración, al principio de la utilidad práctica de la primera edad industrial y contra el pensamiento pequeño burgués monótono, gris y prosaico. Su rechazo a la idea de progreso no está al servicio del conservadurismo sino de la revolución.

En su lugar aspira a la conciliación entre naturaleza y espíritu, a la búsqueda de la verdad en el mundo mítico de la religión en la Edad Media como creencia en la intuición, la fantasía, el sueño como lugares fundamentales de la verdad a través de la imitación del sencillo quehacer artístico popular, que está en el origen de todas las cosas, que es continente de la belleza y espontaneidad de la naturaleza.

Estética.

La etimología de la palabra anestesia nos acerca a comprender el sentido de la estética benjaminiana. Estesia / dolor. An-estesia / sin dolor. La estética en nuestro autor, implica entrar a la comprensión por el camino del sufrimiento de los caídos, olvidados, sin nombre, que nos miran esperando ser redimidos por la historia.


&


Tomo tres figuras míticas, tres alegorías desde la perspectiva de Walter Benjamin.

Bajo la influencia de las ciencias de la naturaleza se produjo un cercenamiento del concepto de historicidad, que es la paradoja, la no coincidencia entre hechos y verdad, entre comprobación y comprensión.

Walter Benjamin trata de acceder a una concepción más auténtica de la historicidad, transformando una dicotomía en una bipolaridad que potencia una comprensión nueva.

La historia de los historiadores es como una novela verdadera por lo que conlleva de incierto y contingente.

En esta línea Freud dice: “…no la verdad material sino la verdad histórico-vivencial. Nos atribuimos el derecho de corregir cierta desfiguración que esta verdad ha experimentado con su retorno”.

“El material para nuestro trabajo lo tomamos de distintas fuentes: los datos que nos da el paciente, sus asociaciones libres, sus sueños, sus actos fallidos. Todo este material nos permite reconstruir tanto lo sucedido y olvidado como lo que le está ocurriendo en la actualidad”.

Hay algo intempestivo o a-histórico que da forma a la historia, es el momento de la “revolución de 1789”, momento irrepetible que siempre está por llegar y siempre ya ha pasado, no sabemos cuándo acontecerá. Ese plus es algo que no estaba antes y que aporta un fragmento de verdad como aletheia, desocultación, autenticidad vivencial en tránsito, en éxodo, sin retorno posible, un enigma que insiste como en la obra de arte o el juego.


Dido de Cartago: Una matemática.
Medea: de sacerdotisa, hija del rey, a esclava.
La Prostituta: figura mítica originaria.
“El que peca por la paga o el que paga por pecar”, dijo una chica mejicana a la que obligaron a dejar de leer sus 4.000 volúmenes en el siglo XVII.
Sor Juana Inés de la Cruz.
Posición inconciliable entre dos términos inseparables.

Dido.

Para Walter Benjamin la derrota de Cartago a manos de Roma es un acontecimiento desgraciado, “La historia la escriben los vencedores” escribió nuestro autor, con lo que quiso decir que toda historia oficial es un relato que idealiza a unos y desaparece a otros. En este caso idealiza a Roma y borra a Cartago. ¿Por qué Benjamin considera una desgracia la desaparición de Cartago? Fue destruida 200 años A C después de tres años de sitio romano se considera el primer genocidio de la historia. La fundó Dido, una princesa fenicia que ganó un premio por haber vencido en un concurso de matemáticas la posibilidad de fundar una ciudad que tendría la medida del cuero de una res. Dido, cortó el cuero en tiritas muy finas, rodeó una colina y así nació Cartago.

Cartago tenía una lengua, la púnica, una civilización refinada, una democracia desconocida para los griegos, con desarrollos edilicios insólitos para la época envidiados por los romanos. Su sociedad era urbana multiétnica. Sirios, egipcios, itálicos, africanos vivían en esa ciudad fundada por una mujer matemática. Roma quiso exterminarla porque obstaculizaba sus proyectos expansionistas. De una población de 400.000 habitantes al menos 150.000 perecieron. Se cuenta que en una batalla fueron muertos 70.000 hombres. Los cartagineses resultaron totalmente exterminados, los romanos tomaron 50.000 esclavos, la mitad mujeres.

Benjamin piensa que si Cartago no hubiese sido borrada de la tierra, la religión más extendida en occidente no sería el cristianismo, el patriarcado no reinaría como binomio junto al capital. Si Dido no hubiese sido obligada a suicidarse, África no hubiera sido reserva de esclavos ni lugar donde descartar residuos tóxicos.

Medea ¿filicida?

En la antigüedad, griegos y romanos reservaban para esposas y mujeres de la familia el segundo piso de sus hogares para evitar que fuesen vistas. Las Hetairas eran mujeres “para estar adelante” lo que se corresponde con la etimología de prostituta: pro, adelante; stituta, stare. Para ser vistas y escuchadas, intercambiar con hombres, asistir a los simposia, llevar una vida pública. Pagaban impuestos y en general eran extranjeras. Tenían una vida semejante a la de las mujeres intelectuales de la segunda mitad del siglo XX y XXI. También había esclavas.

Los griegos tenían hijos legítimos, ciudadanos, con las esposas griegas, podían tener hijos con hetairas o esclavas pero no eran ciudadanos, estos hijos existían en un “no lugar”.

La historia de Medea se inscribe en ese marco social, ella en Grecia era una extranjera y a ese no lugar se caía sin remedio si el ciudadano griego que la protegía, la abandonada.

Jasón había perdido su derecho al trono en Grecia, el tío que se lo arrebató lo envió a la Cólquida a orillas del Mar Negro a buscar el vellocino de oro. Así comienza la saga de los Argonautas y nace la historia de amor de Jasón y Medea. En la Cólquida Medea era sacerdotisa, es decir virgen, hija del rey que enamorada de Jasón usó su magia para que consiguiera al vellocino, luego huyeron a Grecia donde vivieron muchos años juntos y tuvieron dos hijos.

Pasado el tiempo Jasón comprendió que Medea era un obstáculo en el ascenso de su carrera política y decidió casarse con Glauce la hija del rey.

A partir de esa boda la vida de Medea y sus hijos sería la nada misma, han perdido todo. Medea mata a sus hijos y huye. Es aprendida pero no puede siquiera ser condenada porque no es una ciudadana, mera extranjera. El mito dice que una mujer por despecho mató a sus hijos como venganza porque fue abandonada.

Las ideas de Walter Benjamin nos permiten otra lectura que considera la nadificación social que padecen muchas mujeres extranjeras o pobres que son entregadas al desamparo más absoluto sin que socialmente se considere la participación que tuvo el hombre, esposo, padre, empleador en el desencadenamiento de la catástrofe.

El patriarcado es una organización social que aparentemente favorece al hombre y desfavorece a la mujer.

No se trata de qué los hombres hagan cosas desvalorizadas que hacen las mujeres, ni las mujeres “brillantes actividades masculinas”. Cosas de mujeres y cosas de varones es una división que desfavorece a ambos porque todo dualismo conduce a aporías esterilizantes.

Cuando el pater familia romano podía levantar al recién nacido del suelo y darle vida o abandonarlo en un camino condenado a muerte ¿Era justo para él tener que tomar la decisión sólo? O cuando tenía que ir a la guerra con permiso para matar y matando convertirse en héroe o, o, tantos infinitos o... O ser el único responsable de mantener económicamente a la familia... La exigencia de ser brutal frente a otros varones para confirmar su masculinidad.

La madre de los hermanos Graco cuando les dice “vuelvan de la guerra con el escudo o sobre él” exigiendo triunfo o cadáver.

¿Por qué los varones tienen que ser los que llevan a cabo la circuncisión ritual o en un naufragio ser el joven el que debe ofrecer su salvavidas a una anciana? ¿Por qué el féretro del padre lo llevan los hijos varones y no las hijas? ¿Por qué es necesario ser fuerte, diestro, inteligente y exitoso para ser respetado mientras la mujer sólo tiene que demostrar que no es una “mujer pública” con toda la ambigüedad del término, para no ser adjetivada como puta o yegua?

Las desventajas son desiguales pero injustas para ambos, todos necesitamos “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. Rosa de Luxemburgo.

Para Benjamin la rememoración universal de todas las víctimas sin excepción, es equivalente a la resurrección de los muertos. Amen.

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